Reto Semanal del Módulo 1

El veto de Trump hacia los transexuales en el ejército.

    En Julio de 2017, el ex presidente de los EEUU anunció su intención de retirar el derecho a las personas transexuales a poder acceder a ningún cargo del ejército norteamericano.

    El motivo de esta prohibición era el alto coste que los gastos médicos derivados de los tratamientos de cambio de sexo (cirugías, tratamientos hormonales y psicoterapia) desde que la anterior administración de Obama levantase una prohibición previa a las personas transgénero en el año 2016. El coste real de estos tratamientos sólo suponía el 1% de los gastos médicos de las Fuerzas Armadas.

    Se presentaron varias demandas en contra de estas medidas, bloqueando la entrada en vigor de la prohibición por ser un claro ejemplo de discriminación directa abierta. Y ante el rechazo de varios grupos sociales, la administración de Trump señaló que “no es una prohibición para las personas transgénero”, argumentando que las personas trans podrían unirse al Ejército “si prestan servicio en su sexo biológico” y “no se les ha diagnosticado disforia de género" ni se recomendaba la expulsión de miembros de las Fuerzas Armadas que ya se hubieran sometido a una operación de cambio de sexo. Lo cual seguía siendo discriminatorio, pero en este caso de forma directa oculta.

    Aún así, el decreto fue aprobado por el Tribunal Supremo en enero de 2019 prohibiendo servir en el ejército a las "personas transgénero que requieren o han pasado por una transición de género".

    Afortunadamente, el pasado 25 de enero, el actual presidente Joe Biden revocó el veto firmando una orden ejecutiva que "establece la política de que todos los estadounidenses que estén cualificados para servir en las Fuerzas Armadas de Estados Unidos deberían poder servir".